27 de noviembre 2017. All Quiet on the Home Front. Colin Pantall.

All Quiet on the Home Front. Colin Pantall. ICVL Studio. 2017

 

En caja de carton, hecha a mano, Wild Brown 450 gr, con lino grabado en cubierta ( dibujo de Isabel Tanko ).  25×20 cm. 112 paginas. Color.

Fotografías, Colin Pantall. Texto, en inglés, Colin Pantall.

Edición, Colin Pantall, Alejandro Acín.

Diseño, Alejandro Acín.

Papel Mohawk polar 120 gr. Encuadernación OTA Binding.

Prepress, Tom Groves. Impresión, PurePrint.

1° edición, con copia original firmada y numerada, 12/ 50 de la edición de suscriptores.

ICVL. Noviembre 2017.

 

 

Hoy es mi cumpleaños, y aunque ya tengo este libro desde hace unos días, lo recibo como un regalo. El que nos hace Colin al hablar de su condición de padre,

Llego a París Colin Pantall ( Bath, Gran Bretaña ) con su primer libro, All Quiet on the Home Front. Colin es fotógrafo, escritor ( contribuye al British Journal of Photography ), profesor, también tiene un blog sobre fotolibros.

 

No se encuentran muchos libros en los que un hombre cuenta su experiencia de padre, su relación con su hija, (Isabel, 16 años hoy), y el cambio que ha supuesto en su vida, de una manera tan honrada, bella y conmovedora.

Colin fotografía a Isabel y al hacerlo se retrata a si mismo, descubriendo a través de ella una nueva identidad de padre . Su felicidad, sus alegrías, su sorpresa ante la mirada de Isabel, sus ojos verdes ( como la cubierta del libro?), llena de energía y a ratos desafío. Sus dudas, angustias y temores ante el futuro, el reconocimiento del miedo ante la muerte, siempre presente nos dice, su vulnerabilidad confesada.

 

 

Fotografiada entre 2005 y 2017, Isabel llena todo el libro con su energía y aplomo, con momentos de evidente complicidad o simplemente en su mundo. Dentro del domicilio, en la intimidad del hogar y la luz cálida de la tarde, pero sobre todo en el exterior, en las colinas cercanas, en la playa o el bosque, donde Colin busca crear unos lazos, un sentimiento de pertenencia común. El espacio, el paisaje es tanto un terreno de complicidad como un lugar virgen  de descubrimiento, donde aprender a conocerse el uno al otro, calmar sus dudas y afirmarse como padre.

 

Son momentos sencillos, bellos y melancólicos, porque el tiempo no se detiene. Isabel ya no será nunca más la niña que fue. Ser padre es dar y saber que tienes que renunciar… «I wish Isabel away. I always wish her back.»

 

Mucho mas se podría decir de este libro, de su encanto, de la fantástica naturalidad de Isabel, de la calidad de la luz y los colores, la calidez del papel que lo hace tan agradable al tacto. De lo universal y sin embargo intransferible que es la experiencia de la paternidad, y la proximidad que todos sentimos con Isabel y Colin. De la infinita ternura y gran angustia que queda plasmada en los caminos de tierra en estas fotografías. Gracias por este generoso regalo, suerte para el futuro, Colin y Isabel.

http://icvlstudio.com/product/all-quiet-on-the-home-front-signed-book

 

 

Anuncio publicitario

22 de noviembre 2017. Good Goddamn. Bryan Schutmaat.

Good Goddamn. Bryan Schutmaat. Trespasser. 2017

Tapa blanda, con grapas anchas.  30 x 23 cm. Con poster, desplegado 51×38 cm. 44 paginas. Blanco y negro.

Fotografías, Bryan Schutmaat. Texto, en inglés, extracto de la canción «High, low, and in between», de Townes Van Zandt.

Papel Mohawk Superfine. Diseño, Cody Haltom y Bryan Schutmaat.

Preimpresión, Eric Clark. Impresión, The Insite Group, Bryan, Texas.

1° edición, firmada. Tirada 750.

Trespasser, Austin, Texas. USA. 2017

 

Un nuevo libro de Bryan Schutmaat es un acontecimiento tan esperado, después del magnifico Grays the mountain sends . Good Goddamn es un libro corto, de solo 27 fotografías, un short story como podemos encontrar en grandes nombres de la literatura Norteamericana.

Trespasser, que lo publica, es una editora independiente, y esta es su primera publicación. Como está basada en Austin, donde vive Schutmaat, podemos pensar que se trata prácticamente de una auto edición…

Good Goddamn es una historia real, unos días pasados en Normangee, Leon County, condado rural de Texas, en febrero de este mismo año. Días pasados con su amigo Kim, justo antes de que este fuera encarcelado, nos dice Bryan. Schutmaat narra aquí sus últimos días de libertad.

 

 

De la poesía que emanaba de Grays the mountain sends y su visión tierna y melancólica de una tierra y su población casi rota o desaparecida, queda aquí una versión dura y terriblemente solitaria, pero muy bella. No hay lugar para la ternura en estas paginas, fuera de la amistad y respeto entre los dos hombres. La carretera que abre el libro se adentra en la noche, en blanco y negro. Aquí no hay grandes espacios míticos, pero si campos de barro y bosques cerrados. Perspectivas recortadas, planos cortos figuran el porvenir de Kim. Schumatt es un fotógrafo ( iba a decir un pintor ) de los dejados de lado de la gran América, y Kim lo es ciertamente, sin mas necesidad de conocer su historia o las circunstancias que le llevan a la cárcel. Los últimos días que pasa en libertad son días de caza, búsqueda muda, violencia contenida.

 

Hay mucha soledad en estas fotografías, muchas horas pasadas en un campo cómplice, un terreno de caza  donde el fusil es la presencia más cercana, el compañero mas fiel. Es curioso como el trabajo de Schumaatt sigue describiendo un mundo esencialmente masculino, de vidas rotas o de un vacío emocional. La mujer no tiene su lugar aquí, o solamente clama su ausencia.

 

 

Pero la caza cumple su misión. Al volver, Kim parece otro, un hombre apaciguado o al borde de encontrar la paz, un hombre remitido, que tiene un futuro. El camino recorrido entre estas paginas es duro y sobrecogedor, Schumaat es un maestro de la narración, con una muy bella historia de amistad y redención.

 

 

La música de Townes Van Zandt acompaña esta historia, con su letra triste y a menudo desesperada. Aquí el camino acaba con el renacer de la primavera. Precioso libro.

 

 

 

 

20 de noviembre 2017. De vuelta de París.

De vuelta de la locura de Paris Photo, os cuento aquí mi experiencia de una semana larga y tan corta a la vez, pasada corriendo cerca del Sena… Esto es solo un relato, cada cual que ha estado en París tendrá el suyo.

Un año mas, y se repiten las palabras del año pasado por las mismas fechas: las ganas de encontrarse con caras conocidas, la intención de comprar menos libros, de evitar la ansiedad, de disfrutar de Paris y sus exposiciones. Pasa el tiempo y la ciudad sigue siendo tan atractiva, un nudo emocional, gigantesco «hub» para los amantes de la fotografía y los fotolibros. Para mi, lejos de Hondarribia, es una vez más la oportunidad de ver a los amigos, de echar de menos a otros que no han podido venir, de conocer caras nuevas, de hablar de la colección en San Telmo y los nuevos proyectos.

 

 

París es mucho París, y la oferta cultural es inabarcable, además de la propia feria. La lista de exposiciones imprescindibles ya daba vértigo antes de llegar. Sophie Calle, Penn, Sibidé, Dragana Jurisic, Albert Renger-Patzsch, El MoMa en la Fundación Vuitton, Dada Africa, Clément Cogitore en Le Bal, el Palais de Tokyo, Paysages Français en la Bibliothèque Nationale  etc, etc…sabía que iba a sufrir por no poder ver todo. Y así fue.

Sin contar los innumerables eventos organizados alrededor de la feria, como Photo Saint-Germain, o los pop-up de galerías o editores… En cuanto a la feria, este año ( un año mas…) iba con el firme propósito de no caer en la tentación pletórica de Offprint, y casi casi lo consigo…

Polycopies no se puede evitar, para que ir a París si no ?… Desde hace 3 ( o son 4 ya? ) años, el barco Concorde-Atlantique es el mejor sitio de la ciudad para ver y hablar de fotolibros, y encontrarse con conocidos y amigos, muchos, con o sin libro nuevo.

Empecé el maratón parisino en el siempre interesante Palais de Tokyo, muy cerca de donde estaba hospedada, viendo una exposición de la francesa Camille Henrot, videos o instalaciones, a punto de caer en su río de oro. La visita ha resultado menos intensa que la del año pasado, pero este otro Palais siempre vale la pena ( y su librería ! )

 

Visité el día de la inauguración los pasillos alfombrados del Grand Palais, como visitas un museo, entre admiración, deseo y frustración, pero también con estoicismo, entre tesoros vintage y simpáticos VIPs ( Patti Smith comisariaba un espacio, con buenas fotografías ). Obras de Jungjin Lee ( fabulosa ), Hosoe, Masao Yamamoto, Miho Kajioka ( con el enorme placer de saludarle a los pocos días! ), un precioso Adam Fuss en la galería Fraenkel, la estupenda presentación de Astres Noirs en la East Gallery, impecable Dieter Appelt en Galerie Françoise Paviot, Nathalie Boutté en Yossi Milo y Magnin, el Trump l’oeil de Mishka Henner… Espectadora afortunada, aunque no lo suficiente para adquirir las obras, pero saber que están ahí me basta. Y añado que hacer la visita con mi amigo Patrick Maille, saludar a Kazuma Obara o a Vita y Boris Mikhailov es una gran alegría.

Pasé mas tiempo esta vez viendo galerías que editores, por no caer en la tentación, (que me pareció algo menor este año),  aunque ver la lista de nominados al premio Aperture es obligado, y agotador por la presencia masiva de gente. Tres filas para acceder a Steidl, o la cola días más tarde para la firma de Alec Soth en Mack es señal de buena salud para esas editoriales o la afición al fotolibro, menos para mi, ya mareada a esa hora…

Luego la primera de muchas visitas al barco de Polycopies, para saludar, y vuelta a casa.

 

 

Jueves. La exposición de Albert Renger-Patzsch en Jeu de Paume ya estuvo en Madrid, pero no tuve ocasión de verla allí. Magnificas y sobrecogedoras sus fotografías de  bosques o paisajes. Renger-Patzsch ya había inventado muchas cosas que se han visto mucho más tarde.

 

Y de ahí otra vez al barco, donde vi a más amigos, entre ellos Christer Ek, o Juan Cires, y como ya es habitual, mucha presencia española. En la mesa de Dalpine, Sonia había recibido ya A Google Life, de Olga Bushkova, libro ganador del premio a mejor maqueta en Fiebre Photobooks. Montse Puig e Israel Ariño, (el con una bella exposición en el Grand Palais de la mano de Galerie Vu ), los Anómalas, ya tenían desplegados sus libros, los japoneses de Zen Photo atraían a cualquiera con sus joyas exóticas… El Tipi de Andrea Copetti ya rebosaba de ediciones independientes, y en el piso de abajo, mas exotismo con libros rusos, turcos o rumanos, entre otros,  de lo mas apetecibles. Caes en la tentación…

 

 

Esa tarde se abría Offprint, pero yo me fui a la inauguración de la exposición My own unknown, de Dragana Jurisic, en el Institut Culturel Irlandais, con presentación de la gran artista con Natasha Christia. Una bella exposición de la fotógrafa «ex Yugoslava» afincada en Irlanda, todo un lujo que te permite París esos días.

 

 

IMG_20171109_180538488~2

 

Y otro visita también a la exposición «Jeune», en el Crous de la rue des Beaux Arts, dentro del marco de Photo Saint-Germain, otro evento en el famoso barrio «Rive Gauche», con muchas exposiciones programadas. Allí exponían Bérangère Fromont y Joseph Charroy, entre otros. Como también lo hacía Léa Habourdin en el espacio mágico de Deyrolle, en rue du Bac, con Everything becomes nothing again. Correr y correr para no perderse nada, así es la vida del «foto drug addict» en París.

 

 

Dormir, y recuperar fuerzas…

Viernes. Visita a la fabulosa exposición de Sophie Calle, y su invitada Serena Carone en el no menos fabuloso Musée de la Chasse et la nature, en rue des Archives. Beau doublé, Monsieur le Marquis , comisariada por Sonia Voss, es un recorrido entre bestiario y autobiografía, y mucho más.

 

 

Me gusta mucho el trabajo de Sophie Calle, su vida ofrecida con humor y poco pudor, pero con una gran delicadeza y sensibilidad. Maravilla de equilibrio entre el drama y la ligereza, entre lo absurdo, lo crudo, lo tierno y lo tan real. Sus obras instaladas en los salones del «Hotel Guénégaud» del siglo XVIII, construido por Mansart, entre marcos dorados, muebles antiguos y sala de armería, es una experiencia irrepetible que solo os puedo recomendar si pasáis por París antes de que acabe la exposición, el 18 de febrero 2018. He tenido además la suerte de visitar la exposición con mi amiga Annakarin Quinto, y de encontrarme allí con Magali Avezou, de archipelago projects ( que luego no vería en Offprint, desgraciadamente ) y Amak Mahmoodian. Un muy gran recuerdo.

Por la tarde por fin llegué a Offprint, en la rue Bonaparte. Fue una visita demasiado corta, en parte para evitar tentaciones, y porque quería seguir más tarde el maratón. Allí unos cuantas paradas para ver a Tiane Doan na Champassak y sus ultimos libros, a Maya Rochat ahora en Self Publish Be Happy, a Kominek con la muy esperada publicación de Bryan Schutmaat, al adorado Stephen Gill. Sergej Vutuc, Patrick Frey, vistazo a Spector books, y ponerse los antifaces para no ver mas.

 

Desde ahí vuelta al Marais, donde Steve Bisson presentaba las novedades de Urbanautica, con el libro de Andrés Medina entre ellos. Bisson es un hombre de mucho gusto, y sus ediciones nuevas son libros sencillos de aspecto pero interesantes y con un acabado de mucha calidad y delicadeza. Andrés no ha podido estar en París, pero Río estaba en buen sitio.

 

IMG_20171110_185844181

 

Cerca de allí se encontraba el Paris Vintage Photobook, donde se habían juntado varios libreros que este año no estaban ni en el barco ni en el Palais, como Claude Lemaire, de L’Ascenseur Végétal de Burdeos, o Clément Kauter, del imprescindible Plac’Art,  Dirk K. Bakker, Zarbie Books, Ofr, y alguno más. Llegué solo a tiempo de saludar a Claude, con frustración o alivio… Un lugar lleno de deseo y peligro.

No habia acabado el día, y la galeria Temple, de Anna Planas y Pierre Hourquet   presentaba The Hobbyist, con Lotte Reimann haciendo lecturas de su libro Bis morgen im Nassen con experiencia virtual de la exposición de Winthertur.

IMG_20171110_205327798

 

Y ya acabé el día en la galería -libreria In Between, de Luigi Clavareau, otro templo de la fotografía japonesa en París, donde había una fiesta con firmas de los nuevos libros de Koji Onaka, de Morten Andersen y de la gran Emi Anrakuji, con presencia del librero de Lisboa, estrenándose como editor, Rui Ribeiral. Precioso libro el de Emi, del que espero volver a hablar aquí.

 

Conocí por fin a Colin Pantall, que llegó a Paris con cajas de su nuevo libro All quiet in the home front, para firmarlos en Polycopies, desde el stand del Tipi. Colin es un gran tipo, y es emocionante ver como habla de su relación padre-hija y lo que ha supuesto para el.

 

 

Ya no quiero aburrir a nadie y solamente diré que el sábado volví al Grand Palais donde Kazuma Obara firmaba Exposure en su version editada por RM. Ya he hablado en el blog de este trabajo de Kazuma, siempre exquisito de sensibilidad y honradez, sobre el accidente de Chernobil. La nueva edición sigue teniendo la misma exigencia, tanto por parte del autor como por la de la editora.

 

received_1483900361688777

 

Todavia no he hablado de los premios de Aperture a mejor libro del año, que ha ganado la gran fotógrafa Indú Dayanita Singh, con Museum Bahvan, editado por Steidl. Caja ( hecha a mano ) de libros- leporello, museo portátil, precioso objeto de una artista que siempre ha valorado el libro en su trabajo. El premio a mejor primer libro fue, sin sorpresas, a Monsanto, de Mathieu Asselin, editado por Actes Sud y Verlag Kettler, un enorme e impresionante trabajo de investigación sobre las consecuencias del uso de los productos químicos del gigante agroalimentario Norteamericano, que se ha podido ver este verano en Arlés. Hay que resaltar la mención especial a La Grieta, de Carlos Spottorno, ( con guión de Guillermo Abril ) editado en España por Astiberri, mezcla de fotolibro y novela grafica, un híbrido dentro del mundo de la fotografía. New realities: Photography in the 19th Century ganó el premio al mejor catálogo, publicado por el Rijiskmuseum/Nai, Amsterdam,  una gran retrospectiva de los inventores de la fotografía, con una bonita cubierta homenaje a Anna Atkins. Todos premios merecidos y esperados…

 

 

Ese sábado acabé el día con una cena organizada  por los editores de la Gould Collection, Russet Lederman, Laurence Vecten y Yoko Sawada, honrando la memoria de Christophe Crison, gran coleccionista y amante de la fotografía, el cine y la literatura. La Gould Collection reune a un gran fotógrafo con un autor literario, el segundo libro, It don’t mean a thing juntando a Saul Leiter con Paul Auster. Una gran reunión de photobooks freaks de muchos horizontes, hablar con el grande Brian Griffin y Delphine Bedel y conocer a Miho Kajioka, arigato !

 

IMG_20171111_223626867

 

 

El domingo llovía. ¿Que mejor que ir a la BNF, biblioteca nacional de Francia? Llegar hasta su puerta fue largo y frío, aún bien acompañada, (verdad, Antonio Pérez Río ? ) pero la espera valía la pena, para ver la exposición Paysages Français, Una aventure photographique, enorme retrato de Francia en mas de mil fotografías y 160 fotógrafos, tanto franceses como internacionales, Koudelka, Basilico, Brotherus, Anne Immelé….  Ya no hubo tiempo para volver a Offprint antes del cierre…

 

 

Si fui el lunes a la Fondation Vuitton a ver la exposición Being Modern: MoMa in Paris. La modernidad llegó a Nueva York venida de Europa, con las maletas llenas de obras maestras, si bien luego los Norteamericanos nos devolvieron su carga  bien digerida. Muy buena exposición la de Vuitton, con bastante fotografía también ( bonita serie de fotos anónimas, Atget, Walker Evans, Arbus, Cindy Sherman, Jeff Wall… ).

 

 

Con la suerte de poder quedarme un poco más, pude escuchar también el lunes la conferencia que dieron Debi Cornwall y Lewis Bush en el Centro de la Universidad Columbia de Paris, con el titulo Photography in the age of Global Surveillance and Perpetual Wars Dos trabajos muy interesantes en los tiempos que corremos, el libro de Debi,  Welcome to Camp America: Inside Guantanamo Bay, estaba en la lista Aperture a mejor primer libro. Lewis Bush está a punto de publicar su nuevo trabajo, The shadows of the state: Mapping, spying, democracy.

 

 

 

No pude ir a Le Bal, ni ver la exposición de Irving Penn, ni muchas cosas mas… Acabo este maratón con la exposición de Malick Sibidé, Mali Twist , en la Fondation Cartier. De Sibidé ya se ha escrito y visto mucho, yo he disfrutado de los vintage y de la banda sonora.

 

Fin del twist à Paris… Vuelvo a casa con más libros de lo que debería, menos de lo que quisiera, y muchos buenos momentos. Más, si se puede, en noviembre del año que viene. Gracias por leer hasta aquí !

 

 

IMG_20171115_112720612

 

 

EnregistrerEnregistrerEnregistrerEnregistrerEnregistrerEnregistrerEnregistrerEnregistrer

EnregistrerEnregistrerEnregistrerEnregistrer

6 de noviembre 2017. Río. Andrés Medina.

Río, Andrés Medina. Urbanautica Books. 2017

 

 

Tapa blanda. 31,5×20 cm. Color y blanco y negro. 48 paginas.

Fotografías, Andrés Medina.

Texto, en inglés, Matsuo Bashō ( The Narrow Road to the Deep North and other Travel Sketches ), y William Hazlitt ( Table Talk: Essays on Men and Manners ).

Diseño, Urbanautica Institute. 3 tipo de papeles, uno transparente. Cosido Singer.

Impreso en Italia.

1° edición, tirada 150.

Urbanautica Books. 2017.

 

 

 

Por fin llegó Río, tan esperado. Los caminos que han llevado hasta él han sido tortuosos como pocos. La metáfora del agua, imparable fuente abriéndose paso y rodeando las dificultades hasta llegar al mar parece ser la más adecuada…

Andrés Medina ( Madrid, 1978) diseñador, ha publicado ya varios libros , Tránsito, Nébula, o L’autre Paris, todos autoeditados. Río ha visto la luz gracias a una campaña de crowdfunding, y la editorial Urbanautica de Steve Bisson lo ha diseñado e impreso en Italia.

El proyecto de Andrés nace hace ya varios años, en 2011, en las cercanías del Tajo, en Guadalajara. O igual nació mucho antes, en su deseo de seguir un camino que le llevara a encontrarse a si mismo en plena naturaleza junto el río.

 

 

 

Tantos libros nos hablan de la relación del hombre y la naturaleza ! De ese estrecho lazo que poco a poco se ha ido aflojando, de tanto creer el hombre que posee y domina el paisaje, transformándole a su antojo.

Al inverso, creo que el hombre pierde una parte de su ser al alejarse de ella. La literatura romántica, que nos resulta pasada de moda en muchos casos, lo ha descrito con miles de versos… Nada pasado de moda ni fuera del tiempo en Río sin embargo, si la necesidad de desconectar del ruido que nos invade para conectarse con uno mismo y encontrar una respiración esencial, un sentido profundo de pertenencia.

 

Río se presenta en formato vertical muy elegante, con una muy gran calidad de impresión y encuadernación. Andrés es un fotógrafo muy fino y sutil, y el libro es una fiesta tanto para los ojos como para el tacto.

 

El viaje río adentro es solitario, y propicio a la meditación, a ratos contemplativa, a ratos ensoñadora, casi impresionista! Pero no es un camino fácil, avanzar en el es sinónimo de marcha lenta y rodeos. El agua corre, sigue su ritmo. Como la vida, abrirse el paso hasta ella significa parar y abatir obstáculos y muros, alejarse y tomar altura.

 

El viaje de Andrés Medina se refleja con mucha belleza en estas dobles paginas, con la respiración del blanco y negro tras la fina cortina del papel translúcido, como la niebla silenciosa y ensoñadora de «Nébula». El paseo solitario  y su meditación no esquivan en el camino los símbolos de la muerte, el abandono y el tiempo que pasa con su melancolía.

El río, de caudal furioso o sereno, frágil y delicado o pura energía vital es un protagonista poético y profundo del alma humana, sus meandros, incertidumbres, su calma interior. Andrés nos regala por fin con su viaje.

«…This, ‘i thought, is the traveller’s reward. This is the joy of having lived so long’. I forgot the hardships of the road, and was moved to tears.» Matsuo Bashō.

 

https://open.spotify.com/track/5hxwbMY9Wqa89AClZOX5KC