Cry of an echo. Malgorzata Stankiewicz. Lecturis, 2018.
Tapa blanda, con sobrecubierta. 32×23,5 cm. 96 paginas. Blanco y negro.
Encuadernación a la vista.
Fotografías y diseño, Malgorzata Stankiewicz. Texto en inglés, Stankiewicz.
Impresión, Wilco Art books. Papel Munchen Print Cream 80 gr.
1° edición. Existen 17 copias hechas a mano por la artista con papel sumi japonés.
Lecturis 2018. Precio, 29,95 en la editorial.
Malgorzata Stankiewicz es una fotógrafa polaca afincada en Suiza. Con Cry of an echo ha ganado el Unseen Dummy Award de 2017, y ayer mismo presentaba la publicación de Lecturis en la sede de Unseen.
Este trabajo nace en 2016, cuando el gobierno polaco decide una gran tala al bosque de Bialowieza, uno de los últimos bosques primitivos, declarado Reserva de la biosfera por la Unesco. Durante varios meses, Malgorzata fotografía el bosque, y posteriormente altera sus copias con varios procesos químicos para llegar al resultado que vemos aquí.
El bosque es un lugar mágico, y muchas veces ha sido representado en la historia del Arte. Numerosos fotógrafos se han adentrado en él para tratar de descubrir y representar el misterio y la energía que emana de él. En algunos casos es un espacio inquietante, un lugar donde se cristalizan los miedos, como en Forest, de Jitka Hanzlova, en otros es un lugar de meditación y contemplación, con Awoiska van der Molen en Blanco, o Stray, de Paul Gaffney. Stephen Gill , en Night Procession lo describe como un lugar mágico donde se esconde una vida secreta, lejos de nuestra vista y nuestro cotidiano.
El bosque primitivo añade a esto el poder de contener en él el origen de la vida, la memoria de un tiempo por donde no ha pasado la mano del hombre. Bialowieza contiene aún esa memoria y Malgorzata siente la agresión de la tala programada y la transmite como una herida indeleble .
Stankiewicz usa procesos químicos para alterar sus fotografías: lavadas, blanqueadas, en parte comidas por el ácido o pintadas con tinta india para retoques. El blanco y negro cobra tonos verdosos y blancos sucios, que se aprecian difícilmente en mis fotografías. Pero Malgorzata deja cicatrices que son heridas tanto suyas como del bosque. Su proceso silencioso y ahogado en la densidad del espacio es sin embargo muy bello y poético. La huella que queda en estas fotografías parece un pequeño gesto ante la magnitud de lo que está en juego aquí. La metáfora cobra todo su sentido entre las páginas de este llanto. La materia se descompone como la memoria de lo que fue el bosque, desvaneciéndose o desapareciendo en agujeros negros.
El bosque es sagrado. Negro, denso, infranqueable, es un lugar donde se forma un magma creador de vida, atravesado por los rayos, donde el proceso de vida y muerte parece inalterable. Esa pura energía también contiene espacios de serenidad y dulzura, acariciados por la luz. Llega hasta nosotros el eco primitivo, el origen de la vida. Malgorzata consigue transmitir en este muy bello libro la fuerza y la fragilidad de nuestro mundo.