Empieza el otoño, después de un verano raro. Creo que ya a nadie se le escapa que Raymond Meeks es uno de mis autores favoritos, que hace que me acerque aquí de nuevo a escribir.
Somersault es su nuevo libro, publicado una vez más por Mack, después del exito del anterior Ciprian Honey Cathedral .
En realidad este trabajo se había publicado con anterioridad por el propio Meeks en su editorial Dumbsaint, bajo el nombre Pretty girls wander, en 2011, en una edición de 40 ejemplares.
Es una suerte que trabajos poco divulgados, ya que publicados en orígen en tiradas muy cortas vuelvan a ver la luz de la mano de Mack en este caso.
Los libros autoeditados de Meeks son dificilmente reproducibles, joyas hechas a mano con copias originales. Sin embargo estas reediciones, muy cuidadas por Mack y el propio autor, son una fantástica oportunidad de conocer y divulgar la obra de Meeks. Además, como fue en el caso de la edición especial de Ciprian Honey Cathedral, este nuevo libro también tendrá su edición limitada con un cuaderno añadido hecho a mano por el propio Raymond Meeks. Un suplemento que bien vale la pena para quien conoce y ama el trabajo del autor.
Somersault / Pretty girls wander es un trabajo muy personal y familiar e íntimo. El autor, ayudado aquí por su hijo, Adam Meeks ( dos veces aparece la mención «made with Adam Meeks») retrata el momento en que su hija Abigail se hace adulta, a punto de dejar el domicilio familiar para estudiar y crear su propia vida lejos de casa e independizarse. El lugar donde uno siente la pertenencia, (no encuentro palabra exacta para lo que los anglosajones llaman a sense of place), el arraigo, son temas muy tratados por Meeks. Diría que son puntos centrales de su obra, una y otra vez. La manera en que crecemos o vivimos moviéndonos en un espacio que hacemos nuestro de manera imperceptible, para bien o para mal, incluso a nuestro pesar, la huella que dejamos en las cosas que nos rodean, el aire que respiramos. Ese espacio es el que retrata aquí Raymond Meeks, el que ha acompañado a su hija en su infancia hasta este momento en que ya está a punto de dejarlo. Ese espacio recoge la mirada de su hija, en ese momento delicado de su vida, sus dudas y temores ante lo que le espera. Somersault, una voltereta, retrata también la evidencia de la juventud, la ternura de su sonrisa , la magia de su presencia, el dolor de su ausencia.

El salto es tanto para la hija como para el padre, desarmado ante la ida ineluctable, buscando en el espacio que les une y les separa el misterio inabarcable que es su hija. No hay nostalgia aquí ni tristeza, si mucha delicadeza y la evidencia de la fragilidad, la de los seres que somos y amamos, la del tiempo que corre, la de los lugares que habitamos. Son fotografías con risas y muchos silencios, poéticas y misteriosas, secretos intuidos. Nada es para siempre, las casas pueden desplazarse, las vigas del ferrocarril están invadidas por las hierbas, los jardines se transforman bajo el efecto del tiempo y la luz maravillosa que Meeks atrapa con tanta delicadeza, tanto en color como en blanco y negro. Somersault es un objeto sensible, perfecto en su formato y tacto, cálido y elegante, íntimo y misterioso.
La profunda emoción que me procuran estas fotografías, más allá de ser tan bellas y frágiles, sigue siendo un gran misterio para mi. Será el recuerdo de la infancia, el refugio de las horas en el jardín, el olor de las rosas o de los manzanos, la ausencia de algunos seres. No le busco más el porqué o una explicación a la conexión inmediata y duradera que siento, y que me deja desarmada y sin palabras. Pienso en el tacto de una caricia sobre una vieja cicatriz, algo parecido al efecto de algunas músicas sobre el alma, las barricadas misteriosas que nos protegen de nosotros mismos.

Somersault, Raymond Meeks
Mack Books, 2021. Primera edición, firmada.
17×24,5cm. 72 paginas. Blanco y negro y color
Tapa dura. Texto, Raymond Meeks y Abigail Meeks.
Diseño Raymond Meeks, Adam Meeks y Morgan Crowcroft-Brown.
Impreso en Italia.
Somersault estará muy pronto en la biblioteca del Museo San Telmo con el resto de la colección. Conservo en casa libros y ediciones especiales de Meeks hechas a mano, menos alguna presente en el museo. Si alguien desea verlas, que me lo diga, las enseñaré encantada.
Raymond Meeks: Where Objects Fall Away from Light Work on Vimeo.