The end of a season, o la vuelta de París.

Recién llegada y apenas vaciada la maleta me pongo a escribir estas primeras impresiones. Poder haber ido a París ya es motivo de fiesta y celebración, después de lo vivido durante casi 2 años. Seguramente todos los presentes allí habremos sentido lo mismo.

Así, desembarcar del tren y llegar a bordo del Concorde Atlantique ha sido muy emocionante, aún con mascarilla y cierta prudencia y cautela de mi parte.

El viaje a París en noviembre significa encontrarse con aquellos que compartimos el amor por el fotolibro y la fotografía, una familia variopinta con parientes cercanos y otros lejanos. Esta familia va agrandándose con los años, aunque inevitablemente no puedan estar todos sus miembros en Paris Photo. Amigos autores, editores, libreros o coleccionistas, todos intentamos encontrarnos allí. Y ver libros y buena fotografía.

Esta edición no ha fallado, y París estaba preciosa, con sol o cielo gris. Pero había cambios. El Palais Ephemère, enorme carpa de lujo detrás de la torre Eiffel, albergaba la flor y nata de las galerias internacionales con sus mejores galas, mientras en el Grand Palais se restaura la enorme vidriera y sus oros. Offprint, habitualmente en la gran sala de la Ecole des Beaux Arts, proponía este año un recorrido entre varios espacios. Muy atractivo, pero que en la realidad, por lo menos para mi, ha resultado imposible. Demasiado que ver, demasiado poco tiempo. Horarios incompatibles, actividades multiples, trayectos largos, París es también renunciar, desgraciadamente. Intento combatir mi estado de ansiedad por no poder ver todo, este año creo que lo he logrado, aún sabiendo que han quedado muchas cosas lejos de mi vista. Tant pis!

Paris Photo también es el off, con Photo Saint Germain, el Salon Approche con sus 15 galerías, el salon Vintage, con visita obligada a los amigos Clément, del Plac’Art, y Claude Lemaire de L’Ascenseur Végétal. Además de innumerables exposiciones en Beaubourg, Fondation Cartier-Bresson, la MEP, o la recién estrenada Bourse du Commerce, con la colección Pinault. De las charlas en el Palais solo he podido escuchar una y brievemente desgraciadamente, sobre la presencia de las mujeres en el fotolibro, a la vez que se daban los premios Aperture al mejor fotolibro del año en un pasillo abarrotado. Los premios de este año, que anuncié mal en facebook, por los nervios y el ambiente ruidoso, han sido estos:

Mejor primer libro, Untitled, de Sasha Phyars-Burgess, publicado por Capricious.

Mejor libro del año, The Banda journal, de Muhammad Fadli y Fatris MF

Mejor catálogo del año, What they saw: Historical photobooks by Women, 1843-1999, de Russet Lederman y Olga Yatskevich, de 10×10 Photobooks

Mención especial del jurado, Amma, de Vasantha Yogananthan, Chose Commune.

Estos dos últimos se van a poder ver muy próximamente en San Telmo. No conocía los dos otros, lo reconozco. The Banda Journal todavía no está distribuido fuera de Indonesia…

No se pueden tener todos los libros, y yo me hago mayor. Tendré que ser más selectiva. Quizá no sea el mismo entusiasmo, a pesar de conservar la misma curiosidad. He visto muchos libros este año, en mi opinión personal algunos muy buenos, pocos extraordinarios, bastantes ya conocidos. La crisis del Covid ha provocado penuria del papel, subidas de precio, retrasos en la impresión, dificultades para todo el sector. Pero tanto en el Palais como en el barco he visto mucho público y espero que las ventas hayan sido buenas para todos.

Sin querer hacer aquí un listado largo de nombres, diré que es una fiesta ver a Montse e Israel de Anómalas, a Sonia y todo el equipo de Dalpine, a Jon Cazenave firmar por fin Galerna en Paris! A Andrea Copetti del Tipi, a los chicos de Phree, a Hannah Darabi, Miguel Leache, Yumi Goto, Thibault Tourmente, Paula Anta, Russet Lederman, David Solo, Christer Ek, Daria Tuminas, Rui Ribeiral, a Anna Planas de Delpire … Escuchar con un nudo en la garganta a Michael Ackerman en su video sobre su hija en el Jeu de Paume, charlar con Gabrielle Duplantier y Stephane Charpentier, conocer por fin a Miri Rosen! Compartir tiempo con Patrick Maille, y que Raymond Meeks se vaya con un ejemplar de Novis Corpus después de un desayuno conjunto…

Todo eso no tiene precio, y es energía para los meses de invierno. Hacer planes para San Telmo y soñar en lo que podría llegar. París es una fiesta, traer una maleta de libros es traer un poco de la fiesta aquí .

No ha acabado el año, en breve vendrá a San Telmo Laura Carrascosa Vela. Llegarán las listas de mejores del año y los balances de 2021. Y más libros. Seguimos!

Anuncio publicitario