Una semana ya que ha pasado la feria Fiebre Photobook 2019 en Madrid. Tan solo escribo unas palabras cortas por falta de tiempo para contar mi visita este otoño a la feria. Este año con una nueva sede, la antigua fabrica El Aguila, y con nuevas ambiciones, acompañadas de una ayuda institucional.
Fiebre es la mayor cita para fotolibros en España, el lugar donde se plasma el estado de ánimo de editores y autores, y también la salud física, mental y financiera de todo el mundo involucrado. Hablo de salud, ya que el nuevo diseño/logo de la feria era claro: luchar contra el mal de altura del fotolibro.

En lo que me concierne, no voy a Madrid a curarme de mis males, que son varios y profundos. Mas bien voy a caer en sus brazos, gustosa y con alevosía. Madrid significa ver a muchos amigos y poder disfrutar de buenas exposiciones, ademas de descubrir libros y autores nuevos. Y eso no ha fallado.
En esta edición además he tenido el honor y la gran alegría de participar activamente, invitada por los organizadores, incansables y entusiastas Miren Pastor y Olmo González Moriana. He podido ser parte del jurado a mejor maqueta, viendo de primera mano mas de 130 proyectos. Enhorabuena al ganador Juan Orrantia con su libro Like stains of red dirt!
También me invitaron a participar en un bookjockey sobre libros japoneses ( uno de mis males…) con mi amigo y admirado Juan Cires, uno de los mayores especialistas de esos mismos libros, y no solo en el estado español. Para mi ha sido un reto y una alegría compartir con él libros y afición. Ha sido un dialogo/juego entre libros clásicos y contemporáneos, acompañados de una lectura de textos de los propios autores, magistralmente realizada por Aránzazu San Gines. Espero que el público lo haya disfrutado tanto como yo.
Fiebre han sido muchos eventos: exposición de maquetas, charlas, talleres como el ofrecido por Valentina Abenavoli, de la editorial Akina, o el familiar de Alejandro Marote y Angela Losa. Otro momento importante y muy emotivo ha sido el homenaje a Eloi Gimeno, recientemente desaparecido. La exposición Puto Eloi, el bookjockey de Julián Barón, seguido de un encuentro con sus amigos mas cercanos ha plasmado el sentimiento de dolor y la ausencia que ha dejado Eloi.
Es dificil nombrar aquí a todos los amigos, editores, autores y libros queridos, sin olvidarse de nadie. Solo voy a resaltar tres o cuatro, que los demás me perdonen…
Oriol Miñarro llegó a Madrid y pudo encontrarse con su libro Welcome to the Barrio, a la vez que con su editor, Paco Gómez de Fracaso Books, y amigos o mecenas. Fue un gran momento encontrarnos allí y celebrar ese momento tan esperado.
También fue alegre el encuentro con Tiffany Jones, alma mater de Overlapse, con la primera aparición del nuevo libro de Pascual Martínez y Vicent Sáez, The Saxons of Transylvania, su segundo libro que acontece en Rumanía. Un libro precioso y muy cuidado, como acostumbran las publicaciones de Overlapse.
Ha habido bellos descubrimientos, como el del trabajo de Lucía Peluffo, No sé si es una tormenta, con un gran concepto y una muy bella realización. No lo dejéis pasar si podéis!

Los chicos de Cal’Isidret presentaban nada menos que tres nuevas publicaciones, entre ellas el muy bonito homenaje de Roger Guaus a su abuelo y abuela.
Solo añadiré la presencia en primicia de la nueva publicación de Akina, el libro The Gray Line, de Laura Rodari, libro que se presenta oficialmente en París en unos días, y que creo va a ser uno de los grandes libros del año. Una suerte poderlo ver aquí, y emocionante verle a Valentina Abenavoli terminar el libro a mano.
Mucha y buena Fiebre, y muchos libros. La feria se hace mayor sin perder su entusiasmo y sentido de la fiesta. Espero que las cifras hayan acompañado lo que parece ha sido todo un éxito!
Nos vemos el año que viene, si aguanta el cuerpo, sin cura para tal afición. Larga vida a Fiebre!

Y París a la vuelta de la esquina, que nos coja confesados…