



















Hondarribia, 2023.
The Armies of those i love y One side will have to go son los dos nuevos libros de artista de David Mondedeu. David es un artista que yo calificaría de silencioso, apartado de alguna manera del circuito del Arte, por su forma tan exigente y radical de trabajar y compartir su trabajo. Sus obras son tiradas únicas o muy confidenciales. En este caso, uno solo para The Armies, 10 copias para One side will have to go. Trabaja siempre con fotograbados polímeros, una técnica que añade a la obra, a mi modo de ver, un elemento poético muy importante, una vibración del aire que lo envuelve.
Y es que esta obra tiene mucho que ver con la poesía. No solo en su titulo, sacado en este caso de la obra de Walt Whitman ‘ I sing the body electric’.
I sing the body electric,
The armies of those I love engirth me and I engirth them,
They will not let me off till I go with them, respond to them,
And discorrupt them, and charge them full with the charge of the soul.
Las 64 imágenes de The Armies of those i love, (su obra más larga hasta hoy), no nos dejan intactos, nos acompañan mostrándonos el fuerte anhelo del hombre en ser más que lo que se le ofrece, lo que toma cuerpo en el.
Estas fotografías, sacadas en Nepal, nos hablan del tiempo que pasa, y de lo que nos apresa, de la soledad. En ellas aparecen relojes, ataduras y cárceles, jaulas que nos rodean y envuelven en cada paso de la vida como una trama. La muerte está presente en la condición del hombre, y aquí se materializa su imagen en diversas formas, tanto mentales como físicas. En la lenta erosión de las estatuas, en la caída vertical, en las marcas formales o geométricas, en la aceptación silenciosa del destino y el fluir del tiempo.
¿Que atan estas cuerdas, todos estos nudos? ¿Encierran al hombre estas barras? Los símbolos de lo que nos ata son muchos aquí, cadenas y candados, pero no pueden impedir el paso de la luz, la mirada más allá de lo visible, los sueños. Las ‘almas’ que fotografía Mondedeu llevan en su mirada una carga, un dolor, quizá la marca de un destino del cual no pueden escapar. Todo aquí sin embargo nos conduce hacia la luz, hacia la posibilidad de una redención.
Si consideramos este libro como una meta en el trabajo de Mondedeu, por su importancia, su delicadeza y simbolismo, yo veo en estas fotografías un camino hacia una liberación. Las formas geométricas, la cruz, la trama tan presente aquí, me parecen la metáfora de una búsqueda que le lleva a Mondedeu a desprenderse de una narrativa que podríamos llamar ‘emocional’, para llegar en One side will have to go, a un juego entre luz y oscuridad. Una narrativa no menos densa, (el aire aquí también se carga de significado) pero si desprendida de memoria y recuerdos. El tiempo sigue pasando, la muerte sigue anunciada en el reloj, pero el bellísimo baile es un dialogo tanto como una lucha. Una de las dos, oscuridad o luz, tendrá que marcharse, nos dice Mondedeu en el titulo. Sin embargo la belleza está en el canto , en como se responden los opuestos, en la riqueza del abrazo. Uno no existe sin el otro, y los grises se hacen más bellos. En este duelo desarmado, si conocemos bien el trabajo anterior de Mondedeu, está la esencia de su obra, el silencio más expresivo. De la noche nace el día.
Si os hablo hoy de estos dos libros con una sola fotografía es porque van a estar muy pronto en la biblioteca del Museo San Telmo gracias a la donación que va a hacer David Mondedeu a la biblioteca. De esta forma, estarán visibles y al alcance de todos, para disfrute de quien quiera acercarse allí a verlos. Es un gesto excepcional y muy generoso, y desde aquí le doy mi agradecimiento, de todo corazón. Espero que pronto le veamos por aquí.
Los que estáis en Madrid podéis ver obra suya en Ivory Press, donde además estarán algunas copias de One side will have to go allí a la venta. Por lo demás, en el Reina Sofia, el Museum of fine art de Houston, el Victoria&Albert Museum, y algún otro museo por el mundo.
I have a sickness. I have it for years, as far as i can remember. It is a strange sickness, and it has no cure. It only seems to get worse. It is an emptiness, a lonelyness and then the continuous and obsessive eagerness for beauty and love. It seems to be never fulfilled, but sometimes it gets very close.
It has to do with childhood, and loss. And with living close to nature, spending hours in a wood, and walking alone in tall grass. It is something i miss every day. Maybe i am still like a child, not succeeding in being an adult.
So the books, the photography books keep me warm. Why photography is something i am not quite sure of. Maybe it is because it has so much to do with something that was here ( or wasn’t it? ) and is no more. A moment so close and nevertheless gone forever, with the illusion of somehow stopping time.
Of course it has to do with death, with passing and with keeping something that will manage to last, or so i hope.
Raymond Meeks photography keeps me warm, it has this kind of quality. It takes me back to my chilhood, in some way i cannot explain. It has to do with the sense of belonging and loosing this feeling, a painful nostalgia of something dear forever gone. The beauty of it is this so delicate way the bodies seem to blend into the lanscape, every detail necessary to make things happen into the air, into the perfect light. Something so natural and yet…
It is not so much about what we see first in these photographs that attracts me here, the masculine tribe of teenagers walking together in the wood, cheering on to avoid fear, helping each other before the lonely jump. There is a gravity, a solemn procession into something unknown but necessary, a ritual. Then there is the silent weightlessness, the beautiful movements drawing an unlikely dance in the dark.
Is it my morbid vertigo? It surely has to do with my old fears. But Halfstory Halflife is so much more than fear and death. It is after all a celebration of life. It tells so well the vibration of the air in the mystery of darkness, the grace of youth in the awkward movements in the void, the certainty that there must be a tomorrow, a new beginning after that. Time stops for a second in this wood like in a sacred place, and everything is possible, away from average teenagers’ clumsyness. Nature is an adventurous place that carries dreams and hopes as well as fears. The jump is in the darkness, (no clear water here), except for one picture where the rock ends on a white surrounding, an even more frightening wall.
There is an absolute tenderness here, a delicacy in the form and spirit reflected among the fear and the masculine faces, the almost unfinished bodies . The acne boys boast and smile clumsily, but there is one picture of luminous and silent girls watching the scene. We can only imagine that they are going to jump too, but Meeks leave us wondering. Because their smile is a bit mischievous and teasing, they may only be the judges of the scene, the reason for all this is happening.
As for me, I can only see this darkness as a womb, the jump as a new childbirth, a beautiful movement of surrender, a moment of grace. What will happen after that is another halfstory.
I realize as i write these lines that my two favorite books of the year are this one and Birth by Carmen Winnant. It cannot be by accident. «I hope ya make it», i hope we all make it. Stay warm.
Halfstory halflife. Raymond Meeks. Chose Commune.
Softcover with flaps. 28×22 cm.
Black and white photographies. 144 pages.
Photographs and text, Raymond Meeks.
Editorial direction, Cécile Poimboeuf-Koizumi and Vasantha Yogananthan.
Design, Bureau Kayser
1° edition.
Chose Commune, France. 2018.
Cry of an echo. Malgorzata Stankiewicz. Lecturis, 2018.
Tapa blanda, con sobrecubierta. 32×23,5 cm. 96 paginas. Blanco y negro.
Encuadernación a la vista.
Fotografías y diseño, Malgorzata Stankiewicz. Texto en inglés, Stankiewicz.
Impresión, Wilco Art books. Papel Munchen Print Cream 80 gr.
1° edición. Existen 17 copias hechas a mano por la artista con papel sumi japonés.
Lecturis 2018. Precio, 29,95 en la editorial.
Malgorzata Stankiewicz es una fotógrafa polaca afincada en Suiza. Con Cry of an echo ha ganado el Unseen Dummy Award de 2017, y ayer mismo presentaba la publicación de Lecturis en la sede de Unseen.
Este trabajo nace en 2016, cuando el gobierno polaco decide una gran tala al bosque de Bialowieza, uno de los últimos bosques primitivos, declarado Reserva de la biosfera por la Unesco. Durante varios meses, Malgorzata fotografía el bosque, y posteriormente altera sus copias con varios procesos químicos para llegar al resultado que vemos aquí.
El bosque es un lugar mágico, y muchas veces ha sido representado en la historia del Arte. Numerosos fotógrafos se han adentrado en él para tratar de descubrir y representar el misterio y la energía que emana de él. En algunos casos es un espacio inquietante, un lugar donde se cristalizan los miedos, como en Forest, de Jitka Hanzlova, en otros es un lugar de meditación y contemplación, con Awoiska van der Molen en Blanco, o Stray, de Paul Gaffney. Stephen Gill , en Night Procession lo describe como un lugar mágico donde se esconde una vida secreta, lejos de nuestra vista y nuestro cotidiano.
El bosque primitivo añade a esto el poder de contener en él el origen de la vida, la memoria de un tiempo por donde no ha pasado la mano del hombre. Bialowieza contiene aún esa memoria y Malgorzata siente la agresión de la tala programada y la transmite como una herida indeleble .
Stankiewicz usa procesos químicos para alterar sus fotografías: lavadas, blanqueadas, en parte comidas por el ácido o pintadas con tinta india para retoques. El blanco y negro cobra tonos verdosos y blancos sucios, que se aprecian difícilmente en mis fotografías. Pero Malgorzata deja cicatrices que son heridas tanto suyas como del bosque. Su proceso silencioso y ahogado en la densidad del espacio es sin embargo muy bello y poético. La huella que queda en estas fotografías parece un pequeño gesto ante la magnitud de lo que está en juego aquí. La metáfora cobra todo su sentido entre las páginas de este llanto. La materia se descompone como la memoria de lo que fue el bosque, desvaneciéndose o desapareciendo en agujeros negros.
El bosque es sagrado. Negro, denso, infranqueable, es un lugar donde se forma un magma creador de vida, atravesado por los rayos, donde el proceso de vida y muerte parece inalterable. Esa pura energía también contiene espacios de serenidad y dulzura, acariciados por la luz. Llega hasta nosotros el eco primitivo, el origen de la vida. Malgorzata consigue transmitir en este muy bello libro la fuerza y la fragilidad de nuestro mundo.
The Fall. Pía Elizondo. Autoeditado. 2017.
Sin cubierta, hojas sueltas, reunidas con banda obi. 40x20cm. Blanco y negro. 60 paginas.
Fotografías, Pía Elizondo.
Texto en inglés.
1° edición, Pía Elizondo. 2017.
Pía Elizondo es una artista mexicana ( México, 1963 ). Autodidacta, se dedica a la fotografía desde el año 1987. Vive en París desde el año 2003. Participa en la agencia VU, que ha presentado este trabajo en su galería recientemente.
The Fall es un trabajo nacido en el momento de la caída de Aleppo, o justo después, en enero de 2017. Pía fotografía la pantalla del ordenador, en planos cerrados de videos de Youtube o otras paginas de Internet.
Hecha de imágenes subjetivas pasadas por varios filtros, cámaras y puntos de vista, la secuencia que nos presenta Pía Elizondo es a la vez violenta y distanciada, una representación de cómo desde lejos percibimos la guerra. El resultado es tanto duro como a ratos bello o poético, una evocación velada o ensoñadora, acentuada por la falta de nitidez de la imagen de la pantalla. No es la guerra, es la imagen fotográfica de una ciudad abatida y fantasmagórica que nos muestra Pía .
Aleppo cae, y solo nos llegan sus sombras. Arboles, siluetas humanas, fragmentos de cuerpos, nubes de polvo o pólvora, edificios derruidos. Una imagen tamizada y muda. Vemos estas imágenes sin oír sus voces, sin responder a la mirada del niño mirando a la cámara. Lejos de nosotros ha caído Aleppo. The Fall, sin palabras, pero tan elocuente.
Dejo aquí un video de un encuentro entre Pía Elizondo y Mònica Roselló de junio 2017, en la Virreina.
Misho, Emi Anrakuji. Shinto Co. Ltd. 2017.
Tapa blanda, con estuche y banda obi con sello japonés Hanko. 30×21 cm. Blanco y negro, 32 paginas.
Fotografías, Emi Anrakuji.
Texto en inglés y japonés.
Encuadernación a mano.
Edición, Rui Ribeiral, Paulo Nozolino.
Diseño, ilhas studio.
Impresión, Lavandaria, en serigrafía con tinta fotoluminiscente, que se ilumina en la oscuridad después de la exposición a la luz.
1° edición, numerada y firmada. Tirada 77/250. Esta, con serigrafía numerada, con sello y firmada 1/5, impresa a mano en la galería in)(between de Paris, en noviembre 2017.
Shinto Co.,Ltd. Portugal. 2017.
Misho es el nuevo libro de la japonesa Emi Anrakuji ( 1963, Tokyo ), un trabajo que nace con su serie 1800 millimètre . Emi Anrakuji, fotógrafa todavía poco conocida, tuvo una exposición en Madrid durante PHE el año pasado en la galeria Blanca Soto con este mismo trabajo. 1800 millimètre es el tamaño de su cama, un espacio confinado en el que se encontró durante largo tiempo debido a un tumor cerebral. Habiendo entonces perdido la vista por la enfermedad, cuenta cómo la cámara se convirtió en sus ojos, redescubriendo el espacio de su cuerpo y lo que le rodeaba.
Misho es un libro intimo y doloroso. Una intimidad hecha de autorretratos desnudos o casi, apenas cortinas, o la cabellera larga de Emi, espejos y reflejos, tapando siempre su rostro. El cuerpo es siempre el centro del trabajo de Anrakuji, siempre el suyo, que retrata con una cámara con retardador de 10 segundos.
En el marco de la habitación las fotografías resultan opresivas. La desnudez, cruda y frontal, sin afectación, «lejos de ser erótica», dice Emi en alguna entrevista, es una búsqueda, la experiencia de un descubrimiento, una transformación. El espectador, mudo e incómodo, se encuentra desarmado. Al fin y al cabo, dice Emi en el texto al final del libro:
Creo que la mayor parte de nuestra vida está hecha de sentimientos negativos- frustración, tristeza, dolor, soledad. Y aunque también experimentamos momentos gloriosos, la felicidad es solamente un placer modesto- mirar al cielo, la belleza de la luz y la sombra proyectada por el sol o la luz de la luna, el aroma de las flores llevado por el viento. Como la consciencia colectiva inherente a esas cosas, mi trabajo no es solo sobre mi- es también sobre Vosotros.
Misho, primer libro editado por Rui Ribeiral, de la librería Photobookcorner, es también un objeto muy cuidado, con su estuche y banda obi y sello japonés, su papel rugoso y espeso serigrafiado, la tinta fotoluminiscente… Emi Anrakuji ha editado anteriormente libros con la norteamericana Nazraeli libros fabulosos, copias de sus libros hechos a mano. Este es también uno de los más logrados, un objeto incandescente.
http://cuatrocuerpos.com/category/autores/anrakuji-emi/
Entrevista a Emi Anrakuji en Clavoardiendo, por Imanol Marrodán:
https://clavoardiendo-magazine.com/mundofoto/entrevistas/emi-anrakuji-y-la-intimidad-del-cuerpo/
http://the-space-in-between.com/2015/04/21/emi-anrakuji-mapping-embodiment/
Podéis encontrar Misho también aquí.
Untitled, Alexander Binder. Yard Press /Peak Oil, Geert Goiris. Roma Publications.
Dos libros muy distintos reunidos aquí de manera algo iconoclasta. Alexander Binder y Geert Goiris tienen poco en común, el primero con una visión alucinatoria rozando el misticismo y lo oculto, el segundo con imágenes siempre reales y de gran belleza formal pero que provocan extrañeza, la incómoda sensación de encontrarse en otra dimensión. Los dos sin embargo me transmiten la idea de un mundo al borde de la caída…
Untitled. Alexander Binder. Yard Press. 2017.
Tapa blanda. 29×22 cm. Cubierta plateada. Blanco y negro. 200 paginas.
Fotografías, Alexander Binder.
Diseño, Giandoménico Carpentieri.
Edición, Achille Filipponi.
Offset.
1° edición, firmada. Tirada 300.
Yard Press. Italia. 2017
No tiene nombre la nueva publicación de Alexander Binder con la excelente editorial italiana Yardpress, o quizá Sin titulo sea su nombre… Algo que no se puede nombrar, en todo caso, irreal como los sueños o el mundo de las sombras. Siluetas humanas, esqueletos, fragmentos de cuerpos, plantas, animales aparecen aquí en medio de una luz espectral. De donde salen? En que mundo están? A veces parecen alienígenas, espíritus venidos de otro tiempo u otra dimensión.
Plantas e insectos resultan lo mas cercano, reconocible, pero su presencia no deja de ser inquietante. En un mundo donde los humanos no son mas que fantasmas o apariciones, animal y vegetal son portadores de vida, símbolos de creación.
Alexander Binder no sigue una narración evidente, pero si un flujo oscuro, sueño o pesadilla en la cual todo se vuelve otro y la percepción se borra. Opiáceos, pérdida de conciencia, tránsito de un estado a otro, las fotografías habitadas de Binder son la representación de un universo mutante. ¿Donde está lo humano? ¿Que lugar ocupa el hombre? La memoria de este parece haber desaparecido o solamente queda de ella momentos fugaces. En un tiempo en el que la historia solo se representa con edificios apunto de derrumbarse, espadas que luchan contra el aire , que queda de ella? El jardín de Edén está poblado de espectros sin voluntad.
Peak Oil. Geert Goiris. Roma Publications. 2017.
Tapa blanda. 30,5×24 cm. 68 paginas + copia original. Blanco y negro y color. 6 paginas, papel distinto, fotografías en película infrarroja.
Fotografías, Geert Goiris.
Texto en inglés y francés, en cuadernillo separado, Steven Humblet ...but for the tortoise. Traducción inglés-francés, Katia Sakoschek.
Edición, Geert Goiris.
Diseño, Roger Willems.
Impresión, Mart. Spruijt, Amsterdam.
1° edición, especial con copia firmada y numerada. Tirada 250/600. Edición Rubis Mécénat, tirada 700.
Proyecto publicado por Roma Publications con la colaboración del Fondo de Rubis Mécenat. 2017.
El nuevo libro de Geert Goiris ( el 4°, que yo sepa ) ha llegado justo a final del año, cuando ya estaban publicadas todas las listas de mejores libros de 2017 , prueba mas, si hacía falta, de que el artista belga se sitúa fuera de cualquier consideración de ‘mercado’. Peak Oil, publicado una vez más por Roma Publications es, como acostumbra Goiris y la editorial, un objeto cuidado con mucho mimo en todos sus detalles, todo un lujo.
Extraña en un primer momento ver que Peak Oil sea un trabajo fruto de un encargo de Rubis Terminal en Francia y Europa. Rubis Terminal es un gran grupo industrial de Logística y almacenamiento de productos químicos. Pensar que Goiris ha trabajado para el grupo petrolífero da vértigo si nos olvidamos de su talento… Peak Oil ha sido una exposición en el Frac de Rouen y dos instalaciones en el puerto industrial de la misma ciudad, sede de la casa madre de Rubis, antes de la publicación de este libro.
Pasado ese cabo, nos damos cuenta que Geert Goiris alcanza otra cumbre de sutileza y profundidad con este trabajo, tanto formalmente como en el concepto y contenido. Peak oil es el momento en el que la producción de petroleo llega a su punto máximo, ( Peak oil barrel ). Desde ese punto solo cabría contemplar el declive…
Goiris mezcla fotografías de instalaciones y lugares industriales y otras de paisaje y naturaleza y muy poca presencia humana para crear un narración filosófica sobre un tiempo que acaba y la huella que el petróleo deja en el mundo. A lo largo de la historia este ha ido atravesando la tierra de manera escondida y silenciosa, magma de residuos en descomposición, hasta llegar recientemente a la superficie, nos recuerda el texto de Steven Humblet, narrando la historia de su explotación hasta hoy.
Del petroleo en las instalaciones no vemos nada, ni de su extracción. Solo momentos fuera del tiempo, espera o pausa. Barcos vacíos, caminos secundarios, primeros planos abstractos de tubos y maquinaria, estructuras laberínticas de fabulosos colores.
A este trabajo documental sobre estas instalaciones, (Goiris ha visitado y fotografiado las doce terminales de Rubis en Europa ), le acompañan una serie de fotografías en blanco y negro en infrarrojo, creando una atmósfera fuera del tiempo, imágenes lavadas, irradiadas, de una naturaleza cercana a los almacenes.
En otros trabajos anteriores de Goiris era mas evidente la duda, el misterio, o cierto malestar ante las fotografías; son estas reales? Es recreado el paisaje? Que pasa aquí? El escenario de Peak Oil en este sentido no puede ser mas real, con sus construcciones y maquinaria pesada, y sin embargo el tiempo es irreal, todo está parado, o tan lento. El petróleo, que activa las comunicaciones y la econmía, símbolo de velocidad siempre mayor, está a punto de agotarse, y con él un mundo tal como lo hemos conocido hasta ahora. La llama del encendedor de plástico poco puede frente a la tortuga Centrochelys, superviviente del desierto de África. Nuestra forma de vivir llega a un fin, y este no la predicción de un hipotético profeta , como se podía entrever en Prophet anterior libro de Goiris, sino un futuro real y científico, mucho mas inquietante.
Las fotografías de Goiris siguen teniendo la fabulosa cualidad de la extrañeza, de la premonición, y más que nunca el poder evocador de la tensión entre el aquí y allá, presente y futuro. La tierra que alberga el petroleo contiene la memoria de nuestro tiempo, por siempre, mucho más que la mano que lleva esa llave frágil, crepuscular.
No hay tregua, esto es una historia interminable.
Llegan fechas marcadas en el calendario en las cuales todo tendría que ser alegría paz y amor, la época de las listas de favoritos y recomendaciones. No habrá aquí mas listas, ( las podéis encontrar en muchos lugares, y aquí , que cada uno si quiere se acerque a las librerías reales o on line ( independientes, por favor ! ), y busque los autores que mas le gustan.
Yo soy afortunada , pero a menudo me falta el tiempo, que se escapa volando.
Raymond Meeks es un maestro en evocar el paso del tiempo, en transformar un paisaje o un momento en una palpitación del aire, fugaz.
Halfstory halflife ( chris Pickett ), libro hecho a mano, ultimo capitulo publicado de la serie Furlong, llega con el invierno, contando una historia de verano. Como ya es costumbre, Meeks reutiliza el papel de un libro de arte para construir su propio libro, y encontramos ángeles e iconos rusos en el reverso del leporello. El material importa siempre en los libros de Meeks, tan cuidados son los detalles, la propia caja del film de Fuji utilizado para estas fotografías, el papel espeso, la encuadernación…
Halfstory es mas melancólico que los precedentes Furlong, o por lo menos sentimos más la tensión, el final de algo, una tristeza latente de algo que acaba y no volverá a pasar. Una historia a medias, la de Chris Pickett el joven protagonista en un momento de su vida donde es perceptible el cambio.
Meeks mezcla en las 16 paginas del libro tres tipos de fotografías, una copia original en gelatina de plata, fotografías impresas y varias copias ortho film en transparencia ( no me preguntéis nada de técnica…), montadas en papel. El resultado es un trabajo de una excepcional sensibilidad, que desgraciadamente mal se puede apreciar en mis fotografías. Entre estas paginas llenas de poesía corre un infinita ternura y nostalgia, tristeza y esperanza, la evidencia del paso del tiempo, inexorable; la torpeza e ingenuidad de la juventud y el dolor del final de la inocencia.
El paisaje de Furlong, el lugar donde el río da un salto, es un espacio protector y secreto, casi una cueva mística. Es también el lugar de la prueba, donde se mide el valor frente al vacío, ese momento de abandono en el salto, un ritual necesario. Se para el tiempo en un gesto, se dibuja en el aire el paso hacia otra dimensión. Chris Pickett ha cruzado la linea, ha pasado el umbral, aun con la mirada llena de duda e inquietud. No hay vuelta atrás.
De todos los trabajos que conozco de Meeks, este es el que más me emociona, donde más se aprecia su delicada sensibilidad y su habilidad para plasmar en unas fotografías lo que parece indescriptible, la vida que corre a través del papel. Poesía, gracia y magia se juntan aquí invocando a la vida frente a la muerte, con absoluta ternura. Amor incondicional.
Halfstory halflife ( with chris Pickett ) . Raymond Meeks. Autoeditado. 2017.
En caja FujiFilm Professional Film Acros Panchromatic iso 100. 27,5x 22,5cm, con fotografía pegada.
Libro, tapa blanda, 20,5 x 15,5 cm, con fotografía en transparencia montada en papel en la cubierta, otra gelatina de plata en contracubierta.
Blanco y negro. 18 fotografías, más una copia original firmada y numerada 23/40.
Encuadernado a mano, sobre papel reutilizado.
1° edición, firmada.
RaymondMeeks, 2017.
Good Goddamn. Bryan Schutmaat. Trespasser. 2017
Tapa blanda, con grapas anchas. 30 x 23 cm. Con poster, desplegado 51×38 cm. 44 paginas. Blanco y negro.
Fotografías, Bryan Schutmaat. Texto, en inglés, extracto de la canción «High, low, and in between», de Townes Van Zandt.
Papel Mohawk Superfine. Diseño, Cody Haltom y Bryan Schutmaat.
Preimpresión, Eric Clark. Impresión, The Insite Group, Bryan, Texas.
1° edición, firmada. Tirada 750.
Trespasser, Austin, Texas. USA. 2017
Un nuevo libro de Bryan Schutmaat es un acontecimiento tan esperado, después del magnifico Grays the mountain sends . Good Goddamn es un libro corto, de solo 27 fotografías, un short story como podemos encontrar en grandes nombres de la literatura Norteamericana.
Trespasser, que lo publica, es una editora independiente, y esta es su primera publicación. Como está basada en Austin, donde vive Schutmaat, podemos pensar que se trata prácticamente de una auto edición…
Good Goddamn es una historia real, unos días pasados en Normangee, Leon County, condado rural de Texas, en febrero de este mismo año. Días pasados con su amigo Kim, justo antes de que este fuera encarcelado, nos dice Bryan. Schutmaat narra aquí sus últimos días de libertad.
De la poesía que emanaba de Grays the mountain sends y su visión tierna y melancólica de una tierra y su población casi rota o desaparecida, queda aquí una versión dura y terriblemente solitaria, pero muy bella. No hay lugar para la ternura en estas paginas, fuera de la amistad y respeto entre los dos hombres. La carretera que abre el libro se adentra en la noche, en blanco y negro. Aquí no hay grandes espacios míticos, pero si campos de barro y bosques cerrados. Perspectivas recortadas, planos cortos figuran el porvenir de Kim. Schumatt es un fotógrafo ( iba a decir un pintor ) de los dejados de lado de la gran América, y Kim lo es ciertamente, sin mas necesidad de conocer su historia o las circunstancias que le llevan a la cárcel. Los últimos días que pasa en libertad son días de caza, búsqueda muda, violencia contenida.
Hay mucha soledad en estas fotografías, muchas horas pasadas en un campo cómplice, un terreno de caza donde el fusil es la presencia más cercana, el compañero mas fiel. Es curioso como el trabajo de Schumaatt sigue describiendo un mundo esencialmente masculino, de vidas rotas o de un vacío emocional. La mujer no tiene su lugar aquí, o solamente clama su ausencia.
Pero la caza cumple su misión. Al volver, Kim parece otro, un hombre apaciguado o al borde de encontrar la paz, un hombre remitido, que tiene un futuro. El camino recorrido entre estas paginas es duro y sobrecogedor, Schumaat es un maestro de la narración, con una muy bella historia de amistad y redención.
La música de Townes Van Zandt acompaña esta historia, con su letra triste y a menudo desesperada. Aquí el camino acaba con el renacer de la primavera. Precioso libro.
La gravetat del lloc. Israel Ariño. Ediciones Anómalas. 2017.
Tapa blanda, en estuche. 34×22 cm. 120 paginas. Blanco y negro.
Fotografías, Israel Ariño.
Texto en catalán, castellano , francés e inglés, Pere Jaume.
Concepto gráfico y diseño, Underbau.
Fotograbado y preimpresión, Eduardo Nave.
Impresión, Brizzolis.
1° edición, tirada 1500. Ediciones Anómalas, Domaine de Kerguéhennec. 2017.
Ha salido hace unos meses ya el nuevo libro de Israel Ariño, después de una residencia del artista en el Domaine de Kerguéhennec en Bretaña, en octubre y noviembre de 2016.
Ariño ( Barcelona, 1974 ) es un fotógrafo silencioso, poético y misterioso. Ya sus libros anteriores ( Le nom qui efface la couleur, Atlas, Terra Incognita… todos con Ediciones Anómalas ) a menudo describían espacios o lugares entre el sueño y la realidad. Lugares que contienen una memoria , una presencia secreta, dulce o inquietante.
La Gravetat del lloc transcurre la mayor parte del tiempo en la oscuridad, o semi oscuridad. Las imágenes apenas aparecen, tardan y les cuesta revelarse y extraerse del blanco de la pagina, como cuando en la noche oscura necesitamos tiempo para aclimatar la vista y vislumbrar por fin lo que nos rodea. Del papel, tan suave y mate, salen a la superficie estas imágenes y no sabemos bien si las estamos soñando. De percepción se trata aquí, ( empezando por la cubierta que nos recuerda el grano de la piel ), de tacto y de sentido.
El Domaine de Kerguéhennec es una gran propiedad, centro de arte contemporáneo, con un magnífico parque de esculturas, entre ellas unas de Richard Long o Ian Hamilton Finlay. Un lugar del que se han apoderado los artistas, cargado de memoria, de historia y de historias.
Puede un lugar pesar físicamente en nuestras vidas? Como nos afecta ese espacio, ese aire, esa oscuridad? El camino por el que nos lleva Israel abre puertas a la imaginación, cuando la noche nos envuelve y la realidad se borra . Entonces perdemos el equilibrio y la razón.
«El día es bello, la noche es sublime» , con esta cita de Kant nos presenta su trabajo Ariño. La noche es misteriosa y poética, inquietante y profunda a la vez que delicada y sensual, ensoñadora. Es cuando El lloc, ese lugar cuya «esencia es pesar en el mundo»como nos dice Pere Jaume, aparece como un espacio inmaterial, onírico y secreto tras sus puertas, en un umbral casi transparente, etéreo.
La fotografía de Ariño es aquí apenas una huella, una aparición entre las páginas en blanco, haciendo de velo, tan fina y delicada que podría desaparecer en cualquier momento, como un sueño o un fantasma, entre cada respiración.
La gravetat del lloc es todo entero, forma y contenido, una manera de hacernos ver lo inefable, un intento de retener la magia de un lugar, su origen, su memoria, su materialidad, en un instante que nos escapa.
El lugar que recorre Israel en la oscuridad está cargado de misterio y de historias reales y soñadas. Las propias de Israel, sus recuerdos, sus miedos, sus deseos mas secretos afloran en la superficie delicada del papel. Ingrávidas pero para siempre marcadas en la gravedad de este lugar mágico.
Este trabajo está actualmente expuesto en la galeria VU de Paris.