25 de julio 2016. Diario de un currela con un móvil que hace fotos. Gabriel Martínez López.

Diario de un currela con un móvil que hace fotos. Gabriel Martínez López.

Tapa blanda, en estuche. 8,5×15 cm. Color.

Fotografías, Gabriel Martínez López.

Edición, A.E.S. Rando y Miguel Torés.

Diseño, Miguel Torés.

Texto, extractos del poemario «Dinero», de Pablo García Casado.

1° edición, junio 2016. Cirkadian Publicaciones.

Parece un estuche de móvil, un librito que llevamos en el bolsillo, como una libreta de apuntes, cuando todavía tomábamos apuntes. Diario de un currela…es un proyecto del fotógrafo almeriense Gabriel Martínez López ( Almeria, 1966 ), y como dice el titulo, son fotografías sacadas con su móvil. Un diario escrito, o fotografiado, de camino al trabajo, por alguien que se detiene a mirar a un escenario poco atractivo a primera vista.

Vallas, descampados, y sobre todo a gente trabajando, o desplazandose a trabajar, o esperando a poder hacerlo. Gente sencilla, muchos emigrantes, bajo un cielo azul y unas palmeras que poco tienen de turístico. Son imágenes de la vida real, sin filtros embellecedores ni cuentos de hadas. Tampoco dramas ni sangre para atraer la atención , no hay espectáculo aquí, fuera de la carpa de un circo, o la muerte de un pajarito. Solo la vida cotidiana de personas a las que pocas veces se presta la atención, o se mira con empatía.

El proyecto de Gabriel empezó publicando sus fotografías en Facebook, y Antonio Rando y Miguel Torés lo han publicado en su joven editorial malagueña Cirkadian, en la 2° entrega de su revista Dos Pájaros. Es un formato pequeño y modesto, que imita al de la herramienta utilizada para sacar las fotografías, y tiene la calidad del móvil. Fácil de transportar, almacena sin embargo muchas imágenes, una memoria visual e interna para las cosas de la vida cotidiana que no debemos olvidar. Trabajadores, obreros, emigrantes, calles despobladas, lugares en crisis, un tiempo que pasa muy lento, abandono por parte de los políticos.

Pero hay aquí siempre mucha dignidad en las miradas, y en las actitudes, y mucho respeto por parte del autor. Una ironía frente a la dureza, una dulzura frente a la crudeza.

El texto de Pablo García Casado, presentado aquí a modo de «chat», nos recuerda que siempre tenemos que buscar la belleza. «…Por ti colgar el teléfono, marcar de nuevo y decir, está bien, lo que usted diga. Porque tú me mantienes con vida. La boca que se dibuja cuando estoy a punto de abandonar. Tú, la belleza y el sentido.»